A Leonardo da Vinci le gustaba eso de anotar, de tomar apuntes en cuadernos, de todo tipo. En esto me siento reflejado porque yo soy de esos que a veces lleva una libreta para apuntar rápido, no vaya a ser que se me escapen las ideas. Y Leonardo parece que de ideas andaba sobrado. A partir de la década de 1480 empezó a realizar anotaciones en cuadernos de manera habitual. Algunos de los cuadernos de Leonardo da Vinci tenían tamaño folio, otros pequeños eran simplemente hojas sueltas para poder llevarlos consigo y apuntar o dibujar en cualquier momento y lugar.
He reunido un listado de todos los cuadernos de notas de Leonardo da Vinci digitalizados que han podido ser recuperados. Por suerte, la mayoría de ellos (menos el Códice Leicester en posesión de Bill Gates) pertenecen a instituciones públicas y se pueden consultar por internet de manera gratuita. Es un lujo poder acceder a las anotaciones de primera mano del genio. Algunos de estos códices son maravillosas ediciones digitalizadas, que permiten ampliar o leer transcripciones. Incluso, en la de los Códices Madrid, representaciones de las máquinas ideadas por Leonardo. Me puedo dejar horas, y también los ojos, mirando y admirando sin descanso.
Los manuscritos de Leonardo da Vinci: su ciencia con arte
Los códices o cuadernos de Leonardo da Vinci es la documentación que ha llegado del genio florentino a nuestros días. En sus apuntes dejó vertida toda su ciencia, pero también bocetos de sus obras artísticas y de vez en cuando alguna nota personal. Desgraciadamente, sobre esto último existe muy poco, lo que engrandece aún más su enigmática figura. Quién sabe si aún queda por encontrar un diario personal.
Leonardo era un investigador obsesivo, un curioso insaciable que anotaba todo lo que pasaba por su cabeza de manera compulsiva, urgente y a veces desordenado. Pero sus cuadernos también incluyen anotaciones realizadas con esmero, detalle, con fabulosos y realistas dibujos. Es un privilegio poder observar los cuadernos digitalizados de Leonardo da Vinci con detenimiento, sus dibujos de anatomía humana o equina, de botánica, sus mapas o las iglesias que nunca se construyeron.
La historia de los cuadernos de notas de Leonardo da Vinci
Abajo dejo una infografía con el itinerario que siguieron los manuscritos de Leonardo da Vinci después de su fallecimiento. No ha sido nada fácil ordenar y enlazar datos. Advierto que las fechas son aproximadas porque, en muchos casos, no existe un consenso claro sobre las mismas. Se trata de poder hacerse una idea del viaje que han hecho los cuadernos de Leonardo da Vinci que han conseguido llegar a nosotros.
Los manuscritos de Leonardo da Vinci permanecieron en la sombra para el gran público por casi trescientos años. Eso que se perdió la ciencia occidental, porque Leonardo ya había realizado propuestas y revelado audaces soluciones en multitud de materias, lo que hubiera acelerado considerablemente la ciencia de la época.
El siglo XX ha conseguido que podamos tener acceso a aquellos apuntes que se han sido rescatados. Según este magnífico estudio de la Biblioteca Nacional Española, solo un 40% de todo lo autografiado por Leonardo es lo que nos ha llegado a nuestros días.
El porqué de la escritura especular de Leonardo da Vinci
Casi todo lo encontrado está en escritura especular, es decir, al revés de lo normal y es necesario reflejarlo en un espejo para poder leerlo. Leonardo da Vinci era zurdo (aunque parece que también se manejaba bien con la diestra) y aprendió a escribir así, al revés, de derecha izquierda para no emborronar la tinta. Parece que era una manera relativamente habitual en los zurdos en la Italia de la época. Así que dejemos ya de especular con la escritura especular de Leonardo da Vinci.
Eran anotaciones que hacía para él mismo, aunque a veces también se dirigía a un posible lector. En su mente siempre estuvo ordenar toda esa información y establecer tratados de diferentes materias. Nunca lo hizo. Al final le motivaba más investigar que ordenar. Tampoco Francesco Melzi, su fiel discípulo y heredero, supo llevar a cabo esa labor, solo con una pequeña parte que conformaría el Tratado de la pintura.
Dónde ver en línea todos los cuadernos de notas digitalizados de Leonardo da Vinci
Es una suerte poder consultar todas las investigaciones científicas a través de la red (salvo el Códice Leicester en manos privadas). Un privilegio poder ver de primera mano las anotaciones, toda la ciencia repleta de arte del genio polímata.
Dejo a continuación un listado con los enlaces a todos los códices digitalizados que pueden consultarse en línea y también una edición en español del Tratado de la pintura.
- Códice Urbino. (Codex Urbinas Latinus 1270).
- Tratado de la pintura (edición en castellano).
- Colección Windsor.
- Códice Arundel. (Codex Arundel).
- Códices Madrid I y II. (Codex Madrid I y II)
- Códice Atlántico. (Codex Atlanticus)
- Manuscritos A-M y Códices Ashburnham I y II.
- Códice Trivulziano. (Codex Trivulzianus)
- Códice sobre el vuelo de los pájaros. (Codice sul volo degli uccelli).
- Códices Forster I, II y III. (Codex Forster I, II y III)
- Qué pasó con los manuscritos de Leonardo da Vinci a su muerte
- Orazio Melzi y sus "amigos"
- Pompeo Leoni de Arezzo: el escultor recopilador
- Listado de todos los cuadernos de notas de Leonardo da Vinci
- Códice Urbino y el Tratado de la pintura
- Colección Windsor
- Códice Arundel
- Códices Madrid I y II
- Códice Atlántico
- Manuscritos A-M y Códices Ashburnham I y II
- Códice Trivulziano
- Códice sobre el vuelo de los pájaros
- Códices Forster I, II y III
- Códice Leicester
Qué pasó con los manuscritos de Leonardo da Vinci a su muerte
Voy a intentar poner en antecedentes para así comprender mejor de dónde procede cada uno de los cuadernos o códices de Leonardo da Vinci.
El primer heredero de todos sus cuadernos es Francesco Melzi, quien parece que durante mucho tiempo tuvo a bien mostrar los manuscritos a diversos artistas de la época y que hizo todo lo posible para, al menos, editar uno (de las docenas de temas que Leonardo hubiera querido publicar) sobre la pintura.
Orazio Melzi y sus «amigos»
Los apuntes pasaron a su hijo Orazio Melzi, que no les concedió mucho valor y los almacenó, unos dicen que un granero, otros que en un desván. Parece que dejaba llevarse hojas y dibujos a todo aquel que lo dispusiera. Por esta vía desaparecieron gran parte de los manuscritos y bocetos.
Por otra parte: Lelio Gavardi, que trabajaba como profesor para los Melzi, creía que esos apuntes sí podían tener un valor importante y marcha con una parte de ellos a Florencia, pensando que a Francesco de Medici le pueden complacer. Un consejero del duque, le dijo a este que nada de lo que traía Gavardi le podía interesar y el plan de sacar provecho se frustró.
Entra entonces en escena un amigo de Gavardi: Ambrogio Mazzenta. Este se dirigía a Milán y no queda claro si Gavardi le entrega los cuadernos para devolvérselos a Orazio o si Mazzenta, al saber que los manuscritos habían sido sustraídos, cree que deben volver a su propietario. En todo caso, Mazzenta, vuelve a la villa de los Melzi con la intención de retornar los cuadernos a su dueño, pero Orazio los rechaza. Así que quedan en poder de Mazzenta. Puede que este los repartiera entre sus dos hermanos: Alessandro y Guido.
Pompeo Leoni de Arezzo: el escultor recopilador
El siguiente giro de guion importante llega con Pompeo Leoni de Arezzo, por entonces escultor en la corte española de Felipe II. Por un lado, consigue una buena parte de los manuscritos directamente de Orazio Melzi y, a través de los hermanos Mazzenta, diez de los trece cuadernos que estos poseían.
Pompeo Leoni se convierte entonces en el mayor depositario de los cuadernos de Leonardo. Decide poner orden según su criterio, así que descompone cuadernos y reagrupa por temas.
Algunos autores indican que con el mismo Leoni o con su hijo Giambattista Leoni empieza una especie de feria de venta de los cuadernos. Otros, en cambio, aluden a la figura de Polidoro Caichi, yerno y heredero como quien hizo verdadero negocio con los manuscritos de Leonardo da Vinci.
A partir de este punto, cada cuaderno o códice de Leonardo da Vinci tiene su propia historia.
Listado de todos los cuadernos de notas de Leonardo da Vinci
A continuación paso a describir cada uno de los apuntes, manuscritos y cuadernos de Leonardo da Vinci que nos han llegado hasta la actualidad. También incluyo una explicación de cómo fueron descubiertos o recuperados.
Códice Urbino y el Tratado de la pintura
- Fecha: Después de 1519.
- Hojas: 329.
- Ubicación: Biblioteca Apostólica Vaticana, Roma, Italia.
- Enlace consulta en línea: Códice Urbino.
El Códice Urbino no se trata de un manuscrito autógrafo de Leonardo da Vinci, sino que corresponde a un importante trabajo llevado por Francesco Melzi a la muerte de Leonardo. Este revisa todos los apuntes con el fin de conformar un Tratado de la pintura. Para ello contrata a dos copistas para que le ayuden. Finalmente, aunque incompleto, este códice fue adquirido por el Duque de Urbino y más tarde por el Vaticano.
El Tratado de la pintura fue finalmente editado en París en 1651, mucho tiempo después de la muerte del polímata vinciano.
Colección Windsor
- Fecha: 1478-1518.
- Hojas: 604.
- Ubicación: Biblioteca Real del Castillo de Windsor, Reino Unido.
- Enlace consulta en línea: Colección Windsor.
La Colección Windsor no se trata de un códice, cuaderno o conjuntos de cuadernos como tal, es un compendio de hojas sueltas que Pompeo Leoni recopiló, en un primer momento bajo el título: Dibujos de Leonardo da Vinci restaurados por Pompeo Leoni.
Está formado por dos grupos: uno con textos y dibujos de temática variada; y un segundo grupo sobre anatomía. Estos impresionantes estudios de anatomía, junto con el mapa de Imola y el estudio de la cabeza de Leda para la obra perdida Leda y el cisne, son sus documentos más importantes.
Pompeo Leoni se hizo con esta parte de los apuntes de Leonardo, comprándolos directamente a Orazio Melzi o a través de Ambrogio Mazzenta. Después de Leoni, pasaron por las manos de su yerno y heredero Polidoro Caichi, quien los vendió a Thomas Howard, el Conde de Arundel. Más tarde, los herederos de este, donaron los dibujos y manuscritos a la Royal Society y fueron a parar finalmente a la Biblioteca Real del Castillo de Windsor.
Códice Arundel
- Fecha: 1478-1518.
- Dimensiones: 290 x 205 mm.
- Hojas: 283.
- Ubicación: Biblioteca Británica de Londres, Reino Unido.
- Enlace consulta en línea: Códice Arundel.
La historia del Códice Arundel es paralela a la de la Colección Windsor, ya que fue adquirida en el mismo momento por el duque de Arundel. Cuando los herederos del duque donaron los dibujos y escritos de Leonardo da Vinci a la Royal Society, una de las partes (el llamado Códice Arundel) fue comprado por el Museo Británico y terminó siendo depositada en la Biblioteca Británica de Londres.
El grueso de la colección es lo que el mismo Leonardo deja escrito como «una colección sin orden, extraída de muchos papeles, que he copiado aquí, con la esperanza de ordenarlos más tarde cada uno en su lugar, de acuerdo con los temas de los que tratan». Es una colección que empezó en Florencia en 1508, a la que se añadieron más escritos y diagramas de fechas posteriores.
Códices Madrid I y II
- Fecha: 1492-1505.
- Dimensiones: Madrid I, 215 x 145 mm. Madrid II, 210 x 145 mm.
- Hojas: Madrid I, 184. Madrid II, 158.
- Ubicación: Biblioteca Nacional de España, Madrid, España.
- Enlace consulta en línea: Códices Madrid I y II.
Juan de Espina y Velasco, clérigo de origen cántabro, destacado musicólogo y coleccionista de arte, consiguió hacerse con dos de los cuadernos a través del yerno y heredero de Pompeo Leoni, Polidoro Caichi. A la muerte de Juan de Espina, en 1642, se legaron los cuadernos a la Corona y formaron parte de la Biblioteca de Felipe IV. Más tarde pasaron a la Biblioteca Nacional.
Parece que un error en la numeración de los catálogos mantuvo extraviados los manuscritos hasta su descubrimiento en 1967, siendo estos cuadernos vincianos los últimos recuperados.
Como es habitual con los apuntes del genio florentino, su temática es muy variada, con multitud de diseños de maquinarias, ingenios, fábulas, adivinanzas, astronomía, matemáticas, música, acústica, navegación, artesanía, perspectiva, óptica… Destacan los dibujos de ingeniería militar y sobre todo los métodos ideados para la fundición del bronce de la gran escultura de Il Cavallo de Francesco Sforza que nunca se llegó a realizar.
La Biblioteca Nacional de España ha desarrollado un magnífico códice interactivo, en el que, además de poder contemplar perfectamente los apuntes de Leonardo da Vinci, existe la posibilidad de extraer citas importantes, transcripciones completas de los textos, verlos en modo reflejado, incluso animaciones de los mecanismos e ingenios.
Códice Atlántico
- Fecha: 1478-1519.
- Dimensiones: 645 x 435 mm.
- Hojas: 1.119.
- Ubicación: Biblioteca Ambrosiana de Milán, Italia.
- Enlace consulta en línea: Códice Atlántico.
El Códice Atlántico o Codex Atlanticus, se trata de una compilación que efectuó Pompeo Leoni con miles de dibujos y textos pegados sobre papeles de gran formato, los utilizados para realizar mapas y atlas, por eso su nombre de Atlántico. A esta selección Leoni la tituló: Dibujos de máquinas y de las artes secretas y otras cosas de Leonardo da Vinci, recopilados por Pompeo Leoni.
Este códice es parte de lo que adquirió el Conde Galeazzo Arconati hacia el 1622 y que en el 1637 donó a la Biblioteca Ambrosiana junto al Códice Trivulziano y lo, que después serían, los Manuscritos A-M y el Códice sobre el vuelo de los pájaros.
Con la llegada de los ejércitos de Napoleón a Milán en 1796, los cuadernos de la Biblioteca Ambrosiana (menos el Códice Trivulziano que ya no se encontraba allí) fueron incautados y llevados a París. El Códice Atlántico fue depositado en la Biblioteca Nacional de Francia, mientras que el resto de documentos quedaron en la Biblioteca del Instituto de Francia.
En 1815, tras la derrota de Napoleón Bonaparte y el Congreso de Viena, de todos los cuadernos que estaban en París solo fue reclamado el Códice Atlántico, que volvió a Milán, a la Biblioteca Ambrosiana. El resto de manuscritos permanecieron en el Instituto de Francia, en París.
Este Códice Atlántico es el manuscrito que aglutina mayor cantidad de información, como siempre con gran variedad de materias: ingeniería civil y militar, ingenios varios, matemáticas, física y ciencias naturales, reflexiones filosóficas, etc.
Como con los Códices Madrid, se ha realizado un extraordinario códice interactivo, con un exquisito trabajo de diseño y ordenación que permite visualizar perfectamente los manuscritos y realizar búsquedas por materias.
Manuscritos A-M y Códices Ashburnham I y II
- Fecha: 1487-1515.
- Dimensiones: variadas, desde 320 x 239 a 101 x 72 mm.
- Hojas: 1.113.
- Ubicación: Biblioteca del Instituto de Francia, París, Francia.
- Enlace consulta en línea: Manuscritos A-M + Códices Ashburnham I y II.
La historia de los Manuscritos A-M, se bifurca de la del Códice Atlántico cuando, después del Congreso de Viena de 1815, el gobierno milanés se olvida de reclamar el resto de los manuscritos. Así que permanecen en la Biblioteca del Instituto de Francia en París sin restituir el expolio de Napoleón.
Guglielmo Libri era conde, erudito, bibliófilo y al parecer, también amigo de lo ajeno. Era el único con acceso libre a los cuadernos, valiéndose de la confianza que disfrutaba como estudioso de la Academia de Ciencias. Esta circunstancia la aprovecho Libri para sustraer algunos manuscritos que fueron vendidos en Inglaterra a Lord Bertram, Conde de Ashburnham hacia 1847. Eran parte de los cuadernos A, del que sustrajo 34 hojas; y B, del que se llevó otras 10.
A este nuevo códice disgregado se le pasó a llamar como los Códices Ashburnham I y II. Pero no duró demasiado esta división, ya que en 1891, después de la muerte del conde, las hojas sustraídas fueron recuperadas y catalogadas como Complemento del Manuscrito A y Complemento del manuscrito B.
Del resto de documentos, no se sabe si el mismo Libri, o a través de otra vía, también se desgajaron unos manuscritos que conformaban el Códice sobre el vuelo de los pájaros.
Los Manuscritos A-M, que por cierto no incluyen la letra J, son de dimensiones variadas, aunque predominan los pequeños cuadernos tamaño bolsillo de carácter mayoritariamente científico de muy diferentes materias.
También cuenta con un códice interactivo que permite ver todos los documentos y muchas otras opciones muy útiles.
Códice Trivulziano
- Fecha: 1487-1490.
- Dimensiones: 195 x 135 mm.
- Hojas: 55.
- Ubicación: Biblioteca Trivulziana, Castillo Sforzesco, Milán, Italia.
- Enlace consulta en línea: Códice Trivulziano.
Este códice proviene de los cuadernos que adquirió el Conde Galeazzo Arconati y que en 1637 fueron a parar a la Biblioteca Ambrosiana de Milán. El rastro de estos manuscritos se pierde hasta que hacia 1750 Carlo Trivulzio lo incorpora a su colección y en 1935 se deposita en la Biblioteca Trivulziana del Castillo Sforzesco de Milán en 1935.
Los apuntes del Códice Trivulziano datan de 1487 y pocos años después. Incluyen bocetos fisonómicos, borradores arquitectónicos milaneses, diseños mecánicos y de máquinas de guerra. Pero el manuscrito es conocido por sus largas listas de palabras escritas en latín, en el intento de Leonardo por enriquecer su vocabulario latino y así poder comprender mejor los escritos de otros hombres de ciencia antecesores, ya que la gran parte de escritos de las bibliotecas estaban en latín o griego.
Códice sobre el vuelo de los pájaros
- Fecha: 1505.
- Dimensiones: 213 x 153 mm.
- Hojas: 18.
- Ubicación: Biblioteca Real de Turín, Italia.
- Enlace consulta en línea: Códice sobre el vuelo de los pájaros.
Al igual que los manuscritos anteriores, este pequeño manuscrito, proviene de los cuadernos adquiridos por Galeazzo Arconati en 1937. Su disgregación del resto de los apuntes es confusa, pero parece que la mano de Libri pudiera estar detrás. Se cree que este desgajó estos 18 folios para conformar el códice que fue vendido al Conde Manzoni, que más tarde cedió al ilustre leonardista, Teodoro Sabatchnikof. Este hizo una publicación del códice y donó el manuscrito a la familia Saboya. Finalmente, el original fue depositado en la Biblioteca Real de Turín.
En el Códice sobre el vuelo de los pájaros, Leonardo describió una serie de observaciones y conceptos sobre la capacidad de vuelo de las aves. Ya anticipó leyes como las de la gravedad y atracción de los cuerpos, la inercia, comportamiento del viento… En el tratado que conforma el genio florentino concluye que es imposible el vuelo autopropulsado por un humano (algo que intentó durante gran parte de su vida) aunque sí es posible planear. El tiempo le dio la razón, porque hasta que no se inventó el motor de combustión ningún humano consiguió alzar el vuelo, aunque el ala delta sí consiguió con antelación que pudiéramos planear.
El códice interactivo que ha desarrollado el Museo Nacional del Aire de Estados Unidos y el Espacio del Instituto Smithsoniano es una pequeña joya que permite ver las transcripciones de los textos en inglés.
Códices Forster I, II y III
- Fecha: 1487-1505.
- Dimensiones: Forster I, 135 x 103 mm. Forster II, 95 x 70 mm. Forster III, 94 x 65 mm.
- Hojas: Forster I, 55. Forster II, 159. Forster III, 88.
- Ubicación: Museo Victoria y Albert, Londres, Reino Unido.
- Enlace consulta en línea: Códices Forster I, II y III.
La procedencia de estos manuscritos es un tanto opaca. Lo que sí sabemos es que fueron primero comprados por Lord Lytton en Viena y después adquiridos por John Forster que los cedió en 1876 al Museo Victoria y Albert de Londres.
En realidad se trata de hojas de papel sueltas que Leonardo llevaba consigo para apuntar sus observaciones. Estas hojas dobladas formaban folletos que pasaron luego (seguramente por obra de Pompeo Leoni) a formar cinco cuadernos sin orden alguno que después se encuadernaron en tres volúmenes de pequeño tamaño.
Los temas tratados, como siempre, son muy variados. En el primer volumen encontramos el llamado Libro de las transformaciones, juegos de geometría donde las proporciones iban cambiando para conformar nuevas formas con la misma área. Además, existen estudios de hidráulica, de geometría, sobre la teoría de las proporciones para la colaboración con Luca Pacioli, diseños de vestimenta para funciones teatrales, bocetos de patas de caballo…
Códice Leicester
- Fecha: 1506-1509.
- Dimensiones: 290 x 220 mm.
- Hojas: 36.
- Ubicación: Colección privada de Bill Gates, Seattle, Estados Unidos.
Entre 1713 y 1719 (según autores, aunque la fecha más común es 1715) este breve manuscrito fue comprado en Roma por Thomas Coke, Lord Leicester, al pintor Giuseppe Ghezzi, que no queda claro como se hizo con él.
En 1980 se subastó en la famosa casa Christie’s por Armand Hammer, magnate del petróleo, quien le cambió el nombre al manuscrito por Códice Hammer. Se hicieron varias exposiciones exhibiendo el cuaderno. La colección fue adquirida por la Universidad de California, que tenía disputas legales con la familia Hammer y aconsejó realizar una nueva subasta para recaudar fondos. El códice fue comprado por Bill Gates por 30,8 millones de dólares en 1994.
Bill Gates, restituyó el nombre original pasando a llamarse de nuevo Códice Leicester. Se llegó a realizar una exposición entre 1997-1998 en Seattle, mostrando los apuntes de Leonardo da Vinci. Pero lo cierto es que es el único de los cuadernos encontrados del genio que están en manos privadas y del que no he encontrado ningún enlace para poder visualizarlo en línea.
El tema principal, del más breve de los cuadernos recuperados, es la función del agua en la formación de la tierra, geología y un estudio sobre la iluminación de la luna.
Imágenes: Salva Franco (infografía) y Wikimedia Commons.