Leonardo da Vinci: sexualidad
La sexualidad de Leonardo da Vinci es un tema controvertido. ¿Era Leonardo da Vinci homosexual?, ¿practicante o célibe? ¿De qué manera vivía su sexualidad? En las notas conocidas de sus cuadernos no deja muchas pistas sobre su vida privada, pero descubriremos algunas. También a través de lo que sus biógrafos han logrado averiguar. Incluso por su arte y estudios de anatomía.
- Leonardo da Vinci acusado de sodomía
- La Florencia de la época y la homosexualidad
- ¿Era Leonardo da Vinci homosexual?
- Los posibles amantes de Leonardo da Vinci
- Leonardo da Vinci travestido
- Leonardo da Vinci y Miguel Ángel: dos formas de homosexualidad
- Los retratos psicológicos femeninos de Leonardo da Vinci
- Los desnudos masculinos de Leonardo da Vinci
- Sexo y humor. Leonardo travieso
- Anatomía y sexo
- Conclusión y teoría personal
Leonardo da Vinci acusado de sodomía
Es el episodio más sórdido y complicado de la biografía de Leonardo da Vinci. En abril de 1476, poco antes de cumplir los veinticuatro años, Leonardo era denunciado (junto a tres amigos más) de sodomía. Fue a través de una acusación depositada en el tamburo de Florencia, un buzón donde de manera anónima se podían denunciar atentados contra la moral. Se acusaba a los denunciados de practicar sodomía con un joven de diecisiete años llamado Jacopo Saltarelli. Según la denuncia, los cuatro implicados habrían solicitado los servicios sexuales del joven, lo que según la ley florentina se consideraba delito extremadamente grave. Podía llegar a ser penado incluso con la muerte, aunque lo cierto es que era extraña su aplicación. Ya veremos después que las leyes florentinas al respecto eran muy duras, pero, en cambio, el ambiente de la Florencia de la época era mucho más abierto.
Los llamados Oficiales de la Noche, investigaron y llegaron a encarcelar a los cuatro implicados durante un par de días. Nadie corroboró la denuncia ni se presentaron testigos, por lo que fueron liberados. Pero, al cabo de unas semanas, se volvió a presentar otra denuncia anónima alertando que los acusados habían mantenido varios encuentros con el joven Saltarelli. Algunos autores indican que volvió a ser encarcelado y sumó al final un par de meses de encierro. Pero de nuevo, sin pruebas y testigos, la investigación se archivó.
Uno de los acusados pertenecía a una familia emparentada con los Medici que, por entonces, gobernaba la ciudad. Puede que la denuncia fuera falsa y se tratara de un intento de desprestigio hacia la poderosa familia florentina. En todo caso, ni se presentaron testigos ni pruebas, pareció ser una maniobra de difamación. Como se suele decir: difama que algo queda.
Punto de inflexión
Algunos autores ven, en este desagradable suceso de la vida privada de Leonardo da Vinci, un punto de inflexión en su sexualidad. Después de pasar varios días (o meses) encarcelado y ser desprestigiado por un oscuro asunto sexual, decidió ser célibe y rechazar de plano el sexo.
Yo no veo mucho sentido a esta teoría, o al menos, no exactamente así. Leonardo ya casi tenía veinticuatro años, a esa edad los gustos sexuales ya están establecidos. No concibo que un hecho a esta edad, por muy traumático que fuera, le llevara a tomar esa drástica decisión. Solo, en todo caso, su manera de vivirlo de puertas para afuera, siendo más cauto y evitar así otro agrio acontecimiento.
La Florencia de la época y la homosexualidad
En la Florencia del siglo XV la homosexualidad no era algo infrecuente, sobre todo en los círculos y talleres de artistas. El maestro de Leonardo, Andrea del Verrocchio, nunca se casó. Tampoco Sandro Botticelli, que también fue acusado de sodomía. De otros artistas como Donatello, Miguel Ángel o Benvenuto Cellini, sabemos que también eran homosexuales. Florencia se había convertido en una especie de meca gay europea, tanto era así, que en Alemania se usaba el término florenzer para designar a los homosexuales.
Aunque en Florencia la homosexualidad era ampliamente tolerada, lo cierto es que las leyes eran duras. En 1432 se creó el cuerpo de los Oficiales de la Noche y se estableció el tamburo como medio de realizar denuncias anónimas. El gobierno florentino buscaba reprimir la homosexualidad que estaba haciendo famosa a la ciudad. Desde 1432 a 1502 se acusó de sodomía a una media anual de 400 hombres (de una población en torno a 40.000 habitantes), de los que 70 fueron condenados a prisión, exilio y a veces (pocas) a muerte.
Podemos deducir que mientras se fuera discreto, la homosexualidad estaba consentida en Florencia. El problema venía cuando existían denuncias con testigos y pruebas de actos sexuales, lo que suponía un riesgo importante.
¿Era Leonardo da Vinci homosexual?
La mayoría de los autores dan por hecho que Leonardo da Vinci era homosexual. La controversia viene dada en dilucidar si era un homosexual practicante o casto.
En los cuadernos de Leonardo da Vinci que se han podido conservar y han llegado a nosotros (se estima en un 40% de toda su producción) no hay muchas anotaciones al respecto. De hecho, existen pocos apuntes de carácter personal, bien porque era muy receloso de su intimidad o no le gustaba expresarlo. Quizá existiera un cuaderno íntimo, a modo de diario, que no se ha descubierto o no fue donado y destruido a su fallecimiento. Esto no pasa de ser una pura especulación propia.
Repulsión del coito heterosexual
Lo que sí parece claro es que a Leonardo da Vinci no le atraían las mujeres. Nunca se le conoció amante femenina, ni casó, ni tuvo descendencia. Entre sus apuntes podemos descubrir esta reflexión: “El acto del coito y los miembros que se utilizan para él son de una fealdad tal que, si no fuera por la belleza de los rostros y el ornamento de los participantes y el impulso reprimido, la naturaleza perdería a la especie humana”. Repudia claramente el sexo entre hombre y mujer.
Leonardo da Vinci: homosexual célibe
Sigmund Freud en su ensayo Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci da por hecho su homosexualidad de carácter célibe. Se trata de una hipótesis bastante delirante en su explicación y que se basa en una premisa equivocada por una mala traducción al alemán.
Otros autores, como Christian Gálvez o Elizabeth Abbott, en Historia del celibato, se acogen a la teoría del punto de inflexión. Es decir, la acusación de sodomía y sus consecuencias le produjeron tal trauma que Leonardo determinó ser célibe de por vida.
Existe otra posibilidad y es que en realidad su homosexualidad fuera casta, platónica, asexual, con poco o ningún interés en la práctica sexual. En una de sus anotaciones, Leonardo dice: “El hombre que no controla sus instintos se rebaja al nivel de las bestias”. Algunos ven en estas palabras ausencia de pulsión sexual. Yo veo más bien capacidad de control y crítica de la lujuria, pero no veo que determine falta de deseo.
Leonardo da Vinci: homosexual practicante
Es la teoría más extendida entre los expertos en la vida de Leonardo da Vinci. Existen varias pruebas de que Leonardo da Vinci era gay y lo vivía con naturalidad. Un rasgo de su personalidad del que no parece que sintiera culpa ni escondiera, pero en coherencia con su reservada manera de ser, tampoco proclamara a los cuatro vientos.
Además de Vasari, uno de los primeros biógrafos de Leonardo da Vinci fue el pintor y escritor milanés Giovanni Paolo Lomazzo, que por lo general se le considera fiable. Según Lomazzo, Leonardo hablaba del amor homosexual como l´amore masculino. El biógrafo milanés imagina un diálogo entre Leonardo y el escultor de la Antigua Grecia, Fidias. En el diálogo, Fidias le pregunta por Salai: «¿Practicaste alguna vez con él el ‘juego del trasero’ que tanto gusta a los florentinos?». Y Leonardo responde: «¡Muchas veces! Deberías saber que era un joven muy bello». Es solo una ficción, pero parece que Lomazzo tenía conocimiento de la relación de Leonardo con Salai y de sus gustos sexuales.
También en sus cuadernos encontramos otra pista que nos hace pensar que a Leonardo sí le interesaba el sexo y no era casto o asexual. Se trata del inventario de sus libros que realiza en 1504, donde aparecen múltiples publicaciones de poesía obscena. Otra vez más parece que Leonardo disfrutaba de su sexualidad en la intimidad. Y veremos más adelante que conjuntaba con gracia su faceta cómica y traviesa con el sexo.
Además, como ya advertimos antes, más de la mitad de los manuscritos de Leonardo se han extraviado. Nunca sabremos si entre ellos había una buena cantidad de dibujos eróticos o alguna confesión sobre su vida sexual. De haber existido hubiera sido muy llamativo y, con gran probabilidad, de lo primero que Orazio Melzi terminaría regalando a aquellos que lo solicitaban, como parece que sucedió con muchos de sus apuntes.
Los posibles amantes de Leonardo da Vinci
Y digo, posibles, porque es difícil determinar con absoluta veracidad, y debido al supuesto hermetismo de Leonardo da Vinci sobre su vida privada. Si realmente hubo más que una amistad con alguno de ellos. Desde luego con Salai sí existió algo más profundo.
Además de los tres mencionados debajo, Michael White habla de otras dos relaciones. Una con Fioravante di Domenico, que puede que trabajara como modelo en el taller de Verrocchio. Y otra con un joven halconero llamado Bernardo di Simone.
Atalante Migliorotti
Atalante Migliorotti era un joven músico a quien Leonardo enseñó a tocar la lira. Ambos se presentaron en la corte de Milán en 1482 en calidad de músicos como parte de la política de diplomacia cultural de Lorenzo de Medici.
Puede que solo mantuvieran una relación de profesor y alumno, compañeros o amigos, pero también es posible que la relación fuera más estrecha. La vida les llevaría después por caminos diferentes.
Atalante terminó haciendo carrera, triunfando como músico y cantante. Llegó a protagonizar una ópera en Mantua en 1491.
Gian Giacomo Caprotti, Salai
Leonardo conoció a Gian Giacomo Caprotti en 1490, con solo diez años. Hijo de un campesino de Oreno, localidad cercana a Milán. Dos días después de empezar a ser su asistente, acompañó a Leonardo a una cena con su amigo Giacomo Andrea de Ferrara. Fue tan pésimo su comportamiento que le bautizo como Salai, que significa «el diablillo».
Salai acompañó a Leonardo durante casi toda su vida, salvo en su recta final. Por etapas su relación tuvo muchas idas y venidas. Leonardo parecía tener devoción por el joven y bello Salai y este conseguía de Leonardo todo lo que se le antojaba. Existen diferentes anotaciones de altos gastos en ropa y calzado para Salai (en un año llegó a comprarle hasta 24 pares de zapatos). Mientras, Salai se comportaba como un pícaro sinvergüenza, que robaba a su maestro y provocaba constantes conflictos. Daba la sensación de ser una relación de cierta sumisión de un Leonardo que parece estar enamorado de Salai. Existe un apunte muy revelador en el que Leonardo deja escrito: «Salai, quiero la paz y no la guerra. No más guerra, me rindo».
Salai se convirtió en la musa masculina, un tanto andrógina, de Leonardo. Aparece en muchos de sus bocetos, en dibujos de sus estudios de anatomía y su rostro parece ser el elegido para presentar sus pinturas como el San Juan Bautista o Baco. También podría haber servido como modelo para la Mona Lisa, cuando Lisa Guerardini ya no estuviera a disposición del artista, teniendo en cuenta el dilatado flujo de trabajo de Da Vinci.
La relación entre ellos se fue deteriorando y cuando Leonardo pasó a alojarse en Francia, sus destinos se separaron. Ya no estaría al lado del maestro en su fallecimiento en 1519. En los últimos años de Da Vinci, fueron Francesco Melzi y Battista de Vilanis sus últimos asistentes. Aún, en su testamento, Leonardo le dejaría la mitad de una propiedad en Milán, donde Salai ya estaba viviendo e iba a ser difícil desalojarlo.
Después de la muerte de Leonardo, Salai se casó con una mujer llamada Bianca. Murió el 19 de enero de 1524 a causa de un disparo durante un duelo, según unos, por parte de las tropas francesas, según otros.
Francesco Melzi
Leonardo conoció a Francesco Melzi en 1507, cuando solo contaba con catorce años. Melzi era hijo de un noble milanés venido a menos, tenía vocación y talento de artista. Además, era bien parecido y de modales delicados. Para algunos autores puede que durante estos primeros años existiera algo más que una relación entre maestro y discípulo/ayudante. De hecho, parece que a Salai, esta nueva incorporación al grupo de trabajo de Leonardo no le hizo mucha gracia, siendo fuente de conflicto entre ambos. Pero a diferencia con Salai, no encontramos ninguna prueba o indicio al respecto en los apuntes de Da Vinci sobre una relación tan íntima como la que tuvo con este.
Pero Francesco Melzi era bien distinto al temperamental Salai. Disciplinado, atento, diligente ayudante, buen alumno, con cierto talento artístico. De su mano es uno de los retratos más famosos de Leonardo da Vinci y también realizó numerosas copias de obras del genio florentino.
La relación con Leonardo fue cambiando con el tiempo hasta ser la de un padre y un hijo, de hecho, Melzi paso a ser su hijo adoptivo y el heredero de la mayor parte de sus bienes. Permaneció hasta el último momento al lado de Leonardo. Fue su fiel compañero, menos complicado y agitado que Salai.
Leonardo da Vinci travestido
Ya sabemos que cuando hablamos de Leonardo da Vinci, la imaginación y las elucubraciones florecen como las amapolas en primavera. Esta teoría de un Leonardo travestido es la más bizarra, pero quién sabe si posible.
Existe una tesis sobre la autoría de la modelo de la Mona Lisa diferente a la oficial. Aunque la opinión mayoritaria es que se trata de Lisa Guerardini, la esposa del comerciante de telas Francesco del Giocondo, algunos creen ver al propio autor en el rostro de la modelo. Esto da pie a imaginar a un Leonardo da Vinci travestido. Quizá su extraordinaria sensibilidad femenina fuera más allá y le gustara vestirse de mujer. De hecho, era conocido por llevar ropa elegante y atrevida a la vez, con jugones más largos de los habituales y con predilección del rosa. Por otra parte, color que aunque ahora se identifique con lo femenino, no parece que así fuera en la Italia del Renacimiento.
Leonardo da Vinci y Miguel Ángel: dos formas de homosexualidad
Los dos rivales eran también homosexuales, ya hemos visto, que algo habitual entre el ambiente artístico florentino. Pero siendo antagonistas, su manera de vivir la homosexualidad de uno y de otro eran bien distintas.
Leonardo, sereno, tranquilo, elegante, parece que vivía su condición sexual con naturalidad, pero a la vez de una manera discreta, sin aspavientos. En cambio, Miguel Ángel, huraño, rudo, temperamental, dramático, de profunda sensibilidad católica, vivía su homosexualidad con culpa. La abundancia de desnudos masculinos en sus obras, muchas veces sin consonancia temática, puede verse como una catarsis de sus sentimientos reprimidos.
Otra vez, la bipolaridad del Renacimiento italiano se personificaba en dos maneras opuestas de entender, no solo el arte, sino la homosexualidad y la propia vida.
Los retratos psicológicos femeninos de Leonardo da Vinci
Una extraordinaria sensibilidad femenina que muchos ven coherente con su posible homosexualidad. La verdad es que no creo que una cosa tenga que ser directamente causa de la otra. Existen muchos hombres heterosexuales con sensibilidad y empatía femenina. Es decir, no creo que esto se trate de ninguna prueba de homosexualidad. Como tampoco que Leonardo vistiera de manera elegante y un tanto llamativa, con ropas de color rosa.
Sus retratos femeninos tienen una atmósfera de intimidad y empatía que refleja una dignidad individual de las modelos. Una visión muy alejada de la musa erotizada típica de la época, al estilo de la Simonetta Vespucci de Botticelli. No existe ni un solo rasgo erótico o sexual en sus retratos femeninos, como mucho una cierta sensualidad velada y elegante. Ejemplo de esta empatía con la mente femenina las podemos observar en obras de Da Vinci como los retratos de Ginevra de Benci, La dama del armiño, La Belle Ferroniére o la propia Mona Lisa.
La única pintura en la que podemos observar una sexualización y erotismo femenino es en la obra perdida de Leda y el cisne. A mi juicio, no llega a representar (al menos por los bocetos que nos han llegado) un erotismo a la altura del que sí consigue en sus desnudos masculinos.
Los desnudos masculinos de Leonardo da Vinci
No existen en la obra de Leonardo da Vinci muchos ejemplos de desnudos masculinos tratados con cierta sensualidad. La mayoría son realizados para sus investigaciones anatómicas, totalmente realistas y didácticos. Pero sí existen un par de ejemplos en los que podemos comprobar la manera de afrontar los desnudos masculinos eróticos por parte de Da Vinci.
San Sebastián
Hacia la misma época que el suceso del caso de sodomía de Saltarelli, Leonardo trabajaba en los bocetos de una pintura sobre el Martirio de San Sebastián. Era una temática que ya se había tratado con ciertos tintes eróticos, la manera en la que se describía el suceso daba pie a ello. San Sebastián, desnudo y atado a un poste, es asaetado hasta la muerte. Puede parecer un tanto fuera de lugar, incluso sádico, pero la forma en que la que el cuerpo desnudo de San Sebastián cae sin fuerzas produce ciertas posturas de cierto erotismo.
Leonardo trabajó para dicha obra realizando, al menos, ocho bocetos diferentes de la escena. Todos bellos y con cierta carga de erotismo. Finalmente, la pintura nunca se materializó. Quizá la acusación por sodomía le hicieron desestimar pintar una obra que no le haría pasar precisamente desapercibido después del escándalo.
Baco
Es una de sus últimas obras. El tema de Baco, dios romano del vino y de la festividad, da pie de nuevo a realizar un desnudo masculino erotizado. En esto se diferencia bastante de Miguel Ángel, al que parece que cualquier tema, tuviera lógica o no, le valía para mostrar cuerpos masculinos desnudos.
Es un desnudo masculino sereno. Salai parece ser el modelo de un Baco musculoso, pero no marcado en exceso, sin tensión, en una postura tranquila y cubierto solo con una piel de leopardo. Se muestra afable y nos mira fijamente, mientras que con su dedo señala su lado izquierdo, fuera de campo, hacia la oscuridad.
Existen documentos que describen un dibujo preparatorio en el que Baco se presenta totalmente desnudo. Dicho dibujo fue sustraído de un museo en Varese, cerca de Milán, en 1973 y desde entonces se encuentra desaparecido.
Sexo y humor. Leonardo travieso
Aunque por las imágenes icónicas de los retratos y autorretratos de Leonardo parezca un hombre serio, tenía fama de sociable y bromista. Le gustaba divertir y hacer reír a los demás, ingenioso, inventaba chistes y gastaba bromas. Parece que para Leonardo el humor era una cosa seria. Y el sexo y el humor, una combinación que le gustaría explorar.
«De la verga»
Existe una parte de los cuadernos de Leonardo a los que titula «De la verga«. De manera cómica explica como esta piensa por su cuenta y parece tener voluntad propia.
Escribe: «A veces demuestra pensar por su cuenta y, aunque la voluntad del hombre quiera activarla, sigue, tozuda, su propio camino, y en ocasiones actúa por cuenta propia, sin permiso, ni conocimiento del hombre. Tanto despierta como dormida, hace lo que quiere. A menudo, el hombre está dormido y la verga, despierta, y otras veces el hombre se encuentra despierto y ella, dormida.»
Escribe con comicidad y naturalidad sobre el pene. En otro pasaje se extraña de que sea común que otros hombres se avergonzaran del mismo y tengan incluso reparos en hablar de ello. No son las palabras, desde luego, de un homosexual reprimido o culpable, como Miguel Ángel.
Angelo Encarnato
Este boceto denominado Angelo Encarnato es un dibujo preparatorio para su pintura San Juan Bautista, al que Leonardo añadió un pene erecto. Está datado hacia el 1515 y fue redescubierto en 1991.
Podemos adivinar el rostro de Salai y más que un dibujo erótico se trata de una broma. Una representación canalla de la imagen de San Juan y del mismo Salai. Un ejercicio irreverente, no apto para sensibilidades religiosas cristianas. En sintonía con el carácter poco religioso o incluso ateo y herético que se le atribuye a Leonardo, más científico empírico que hombre de fe.
Monna Vanna
La versión desnuda de la Mona Lisa, denominada como Monna Vanna, también parece un ejercicio humorístico. Existen al menos ocho copias realizadas por los propios discípulos de Leonardo. La que puedes ver abajo se le atribuye a Salai, que al igual que Leonardo parecía gustar de la broma.
La aparición de un cartón preparatorio de esta Monna Vanna en el Castillo de Chantilly de excelente factura y con signos de ser dibujado por una mano zurda, hacen creer que el mismo Leonardo ideó la broma o, como poco, participó de ella.
Anatomía y sexo
Leonardo da Vinci, durante diferentes etapas, fue realizando estudios de anatomía muy completos. Como no, también se propuso comprender el funcionamiento de los órganos genitales masculinos, femeninos y el fascinante del origen de la vida.
Lo cierto es que los dibujos de la anatomía femenina son bastante deficientes si los comparamos con el resto de su producción anatómica o incluso con los del aparato reproductor masculino. No tienen ni la delicadeza ni la belleza del resto de sus dibujos anatómicos. Quizá un reflejo de su aversión a lo que, cuando hablaba del coito («los miembros que se utilizan»), haciendo referencia al miembro femenino.
En cuanto a sus dibujos sobre el aparato reproductor masculino y su manera de entender la erección y la eyaculación, están más en consonancia con el resto de sus dibujos de anatomía. Intentó comprender el funcionamiento que producía la erección, eyaculación y el coito. Sobre este asunto solo tenemos sus escritos anatómicos, asépticos y científicos. En ningún punto se hace mención a un coito que no sea el heterosexual.
Conclusión y teoría personal
Mi teoría, que no tiene por qué ser cierta ni compartida, es que Leonardo da Vinci era claramente homosexual practicante. Es posible que el oscuro episodio de la denuncia por sodomía le hiciera ser más prudente en sus prácticas sexuales. En otras facetas de su vida privada, Leonardo da Vinci también fue bastante reservado, así que parece lógico que igualmente lo fuera con su sexualidad. Creo que buscaba ser comedido, racional y no dejarse arrastrar por la lujuria, no comportarse como un animal. Controlar su pulsión sexual. Llevaba su sexualidad con naturalidad pero sin excesos. Y además, una buena prueba de esto es que utilizaba el humor unido al sexo. Cuando eres capaz de bromear sobre algo es que no supone un complejo o un problema grave.
Al preguntarme por la sexualidad de Leonardo da Vinci he tratado de poder entender al genio humano. Igual que el mismo Leonardo, ser curioso y comprender, a través de su arte y su ciencia, a la persona.
Independientemente de la orientación sexual de Leonardo da Vinci, pero sobre todo, obviando los prejuicios de cada cual, fue uno de los mejores y más innovadores artistas de su época, a la vez que un precursor de la ciencia moderna en multitud de materias. Indudablemente un genio.
Imágenes: Wikimedia Commons y Colección Windsor.